Aparición en Caravaggio

  
Por la paz entre Oriente y Occidente

El 26 de mayo de 1432, en Caravaggio (Italia, Lombardía, diócesis de Cremona), Giovanetta di Pietro Vacchi, hija de campesinos, una mujer sencilla y piadosa casada con un hombre violento, asegura que la Virgen se le apareció.

« Súbitamente, vi frente a mí a una señora bella y admirable, alta y con un rostro muy gracioso, de aspecto venerable, vestida de azul y con un velo blanco», explicó. La aparición le pidió que rezara por la paz entre los hombres de Oriente y Occidente. Caravaggio sigue siendo una peregrinación célebre en Lombardía. El obispo de Cremona aceptó rápidamente construir un santuario, el cual visitó el Papa Juan Pablo II en 1992. 

Diccionario de las Apariciones P. Laurentin Patrick Sbalchiero
Ediciones Fayard, 2006 

  

Aparición en Caravaggio

  
Por la paz entre Oriente y Occidente

El 26 de mayo de 1432, en Caravaggio (Italia, Lombardía, diócesis de Cremona), Giovanetta di Pietro Vacchi, hija de campesinos, una mujer sencilla y piadosa casada con un hombre violento, asegura que la Virgen se le apareció.

« Súbitamente, vi frente a mí a una señora bella y admirable, alta y con un rostro muy gracioso, de aspecto venerable, vestida de azul y con un velo blanco», explicó. La aparición le pidió que rezara por la paz entre los hombres de Oriente y Occidente. Caravaggio sigue siendo una peregrinación célebre en Lombardía. El obispo de Cremona aceptó rápidamente construir un santuario, el cual visitó el Papa Juan Pablo II en 1992. 

Diccionario de las Apariciones P. Laurentin Patrick Sbalchiero
Ediciones Fayard, 2006 

  

El mes de María en Molokai

«Raras veces, agrega el misionero, he visto morir a un hombre más contento
que ese pobre leproso. Al día siguiente, cuando instalé en la capilla la
estatua de la Virgen toda estropeada, no tuve necesidad de reflexionar sobre
lo que iba a decir. Conté brevemente la historia de mi caída, mi indecisión
y mi resolución Hablé durante un largo rato y era como si otro hablara en mi
lugar.

El enfermo me escuchó atento durante más de dos horas. Ignoro si se marchó
al cielo junto a la Virgen consuelo de los afligidos, salud de los enfermos.
Rezamos sin necesidad de libro, ni de ninguna fórmula. Era en el mes de
María. Desde entonces, ya nunca pude rezar los ejercicios en honor de la
Santísima Virgen sin recordar esta circunstancia unida a su ternura
maternal.

Testimonio de un misionero según Buntsegel Ahoi Compendio mariano del
Hermano marista Albert Plfeger, 1980


Testimonio de un misionero según Buntsegel Ahoi
Compendio mariano del Hermano marista Albert Plfeger, 1980

Milagro de N. S. de Lourdes (II)

A mi llegada a la estación de Angers, fue mi madre la primera que vino a mi encuentro, se arrodilló en el suelo diciendo: « ¡Señor, no es cierto, nosotros no merecemos tanto!»

Luego, yo misma fui al encuentro de mi marido. Cuando me vio llegar con paso rápido y segura, retrocedió hasta su coche y me miraba estupefacto. Yo quería contarle todo al mismo tiempo y él lloraba estremecido y me advertía: "Cállate, te vas a cansar, te vas a enfermar" y yo reía y reía mientras le decía: "¡Ya todo terminó, estoy curada, no lo comprendes, estoy curada!" Pero mi marido lloraba cada vez más. « ¡Siento tanta vergüenza! Necesité de un milagro para creer!»

¡Qué cambio en nuestras vidas! ¡Amar al Señor juntos, orar juntos cada día, encontrar una vida nueva! ¡Hace falta sentir la muerte muy cerca para comprenderlo. Jamás olvidaré la primera misa de domingo juntos, meses más tarde, esa primera vez cuando comulgamos uno al lado del otro, mi alma desbordaba de reconocimiento y de amor! 
 

Cartas de Alicia Couteault
Compendio mariano, 1978, del Hermano Albert Pfleger, marista 

 

Un milagro de N. S. de Lourdes (I)

----- Original
Un milagro de N. S. de Lourdes (I)
La señora Alicia Couteault, (1917), originaria de Bouillé Loretz, fue
admitida como enferma en la peregrinación diocesana de Anjou, en mayo de
1952. Tenía 34 años y sufría de artero-esclerosis en placas desde julio de
1949 y debido a su deterioro progresivo había sido desahuciada por los
médicos.

«Nadie se puede hacer una idea a qué estado había llegado mi mujer, explica
su marido quien en esa época era ateo. Para caminar se apoyaba arrastrando
dos sillas, sufría de problemas de equilibrio, cuando tomaba algo las manos
le temblaban, no podía ni cocer, ni escribir. La capacidad de hablar y la
vista también las tenía perturbadas.»

Hizo un viaje a Lourdes en condiciones muy duras pero después sintió una
mejoría, desde que el 12 de mayo comenzó a comer casi normalmente. Fue
conducida a las piscinas el 15 de mayo tuvo una reacción muy fuerte: la
impresión de un paro cardíaco, palpitaciones, ruidos en los oídos. Durante
la procesión del Santo Sacramento recuperó la palabra:

«Rezaba y recordaba a mi marido que me había dejado venir a Lourdes porque
entendía que esta sería la última alegría que podría ofrecerme. Yo pensaba
que sólo un milagro podría convertir a este hombre que siempre decía: "¡Dios
no existe!" De regreso al asilo no pude dormir la noche pensando en mi
familia que seguía inquieta por mi salud.


Cartas de Alicia Couteault
Compendio mariano, 1978, del Hermano Albert Pfleger, marista

Una mano disparó, otra desvió la bala (II)

Doscientos polacos trajeron de Polonia una imagen de N. S. de Chestokova y
la colocaron en el suelo frente a la silla del Papa, mientras oraban con
mucho fervor.
La operación duró cinco horas y veinte minutos. El estado del herido era
considerado como muy grave. La tensión la tenía bajísima. Monseñor Dziwisz
le dio la extremaunción. "Al principio todo era angustia; pero la esperanza
volvió gradualmente durante la operación. Luego, se supo que ningún órgano
vital había sido tocado y que tenía posibilidades de salir con vida". Había
perdido tres cuartos de su sangre y la transfusión sanguínea vino a
transmitirle un virus. Pasó mucho tiempo en reanimación, pero cinco días
después del atentado, aludiendo a un proverbio polaco, declaró: "Una mano
disparó, otra desvió la bala".

Él le había pedido al obispo de Fátima, entonces en Roma, que viniera a su
lecho de enfermo a hablarle del mensaje de la Virgen y después del Ángelus
del domingo siguiente. En un mensaje grabado en su habitación del hospital,
el Santo Padre le confiaba al Corazón Inmaculado de María toda la humanidad.
Un año más tarde, el 13 de mayo de 1982 rindió gracias a la Virgen de Fátima
y una de las balas sería incrustada en la corona de la Virgen. El 25 de
marzo de 1984 junto con los obispos del mundo entero celebra la consagración
al Corazón Inmaculado de María solicitado por la Virgen y Rusia sería
liberada del comunismo poco después, sin derramamiento de sangre.

El 13 de mayo del 2000, en Fátima, durante la beatificación de los dos
pastorcitos, Jacinta y Francisco, revela el contenido de la última parte del
mensaje de Fátima que hablaba de los sufrimientos de la Iglesia y del
"obispo vestido de blanco", herido de "dos disparos de arma de fuego",
señalando que veía en ese mensaje el anuncio del atentado del 13 mayo de
1981. Siempre frente a la estatua de Fátima, el 8 de octubre del 2000,
durante el Jubileo de los obispos, el Papa pronuncia en la Plaza de San
Pedro el Acto solemne de confianza con el que ponía el III milenio bajo la
protección de la Virgen.


Testimonio de Monseñor Stanislas Dziwisz,
Citado por André Frossard en "No temáis . Diálogo con Juan-Paul II"
(Robert Laffont, París, 1982) - p.333 à 345.

Una mano disparó, otra desvió la bala (I)

El 13 de mayo, el Santo Padre había desayunado con el Profesor Lejeune, su
esposa y otro invitado, luego, con toda tranquilidad se dirigió a la Plaza
de San Pedro. Al dar la vuelta por la plaza, cerca de la puerta de bronce,
el turco Mehmet Ali Agja le disparó, hiriéndolo en el abdomen, en el codo
derecho y en el índice de la mano izquierda.

Nadie creía que esto hubiese podido ocurrir. Yo estaba detrás del Santo
Padre, aturdido, no lograba comprender nada. El ruido en la plaza era
ensordecedor. Todas las palomas alzaron el vuelo. Alguien había disparado,
pero quién podría ser? Me di cuenta que el Santo Padre estaba herido; pero
no veíamos señales de sangre. Entonces, le pregunté, ¿dónde? Y él me
respondió: en el vientre. Tiene dolor, añadí y asintió, sí. El iba en el
auto apoyado en mí; de ahí pasamos a una ambulancia. Su Santidad llevaba los
ojos cerrados, se notaba que sufría mientras repetía algunas oraciones
breves. Sobre todo, si mal no recuerdo: " ¡María, madre mía. María, madre
mía!"

El Dr Buzzonetti y la hermana Camila iban con nosotros en la ambulancia que
corría veloz, ningún tipo de policía nos acompañaba. La sirena comenzó a
sonar un centenar de metros más tarde. El trayecto que normalmente se hace
en media hora nosotros lo hicimos en ocho minutos en plena circulación de
Roma. Tiempo después, el Santo Padre me dijo que había guardado consciencia
hasta su llegada al hospital y que siempre estuvo convencido de que las
heridas no serían mortales.


Testimonio de Monseñor Stanislas Dziwisz,
Citado por André Frossard en "N'ayez pas peur. Dialogue avec Jean-Paul II"
(Robert Laffont, París, 1982) - p.333 a 345)

La Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba (II)

En el Cobre se repitió la desaparición de la Virgen. Pensaron entonces que
ella quería estar sobre las montañas de la Sierra Maestra. Esto se confirmó
cuando una niña llamada Apolonia subió hasta el cerro de las minas de cobre
donde trabajaba su madre. La niña iba persiguiendo mariposas y recogiendo
flores cuando, sobre la cima de una de las montañas vio a la Virgen de la
Caridad. La noticia de la pequeña Apolonia causó gran revuelo. Unos creían,
otros no, pero la niña se mantuvo firme en su testimonio. Allí llevaron a la
Virgen.

Desde la aparición de la estatua, la devoción a la Virgen de la Caridad se
propagó con asombrosa rapidez por toda la isla a pesar de las difíciles
comunicaciones. Fue en el Cobre, en 1801, que los mineros, alentados por el
Padre Alejandro Ascanio, obtienen la libertad por Real Cédula del 7 de
abril.

Con los años se adquirió un recinto mayor para construir un nuevo santuario
que pudiese acoger al creciente número de peregrinos, haciéndose la
inauguración, con el traslado de la Virgen el día 8 de Septiembre de 1927.
Durante la guerra de independencia, las tropas se encomendaban a la Virgen
de la Caridad. No es que se pueda ver a la Virgen como una aliada en la
guerra. Más bien, ella, como madre, sufre y se preocupa de todos, busca la
paz entre sus hijos, finalmente cuando los corazones no le permiten otra
cosa, busca atenuar los odios y fomentar la reconciliación y el perdón.

Después de la guerra de independencia, los veteranos pidieron al Papa que
declarase a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. En documento
firmado el día 10 de Mayo de 1916 por el Cardenal Obispo de Hostia, Su
Santidad Benedicto XV accedió a la petición, declarando a la Virgen de la
Caridad del Cobre Patrona Principal de la República de Cuba y fijando su
festividad el 8 de Septiembre.


Adaptado del texto del sitio: http://www.corazones.org

La Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba


Alrededor del año 1612 o a los inicios de 1613, fueron a buscar sal en la bahía de Nipe dos hermanos indios y un negrito de nueve o diez años. Juan y Rodrigo de Hoyos y Juan Moreno, conocidos en la tradición como "los tres Juanes", iban por la sal cuando ocurrió la aparición de la estatua de la Virgen. He aquí el relato de Juan Moreno, dado en 1687, cuando tenía ochenta y cinco años:

"...habiendo ranchado en cayo Francés en medio de la bahía de Nipe, estando una mañana la mar en calma salieron del cayo Juan y Rodrigo de Hoyos y este declarante, embarcados en una canoa, vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua y no distinguían lo que podía ser. Dijeron dichos indios "parece una niña", y acercándose vieron la imagen de Nuestra Señora la Virgen Santísima con un Niño Jesús en los brazos sobre una tablita pequeña, y en dicha tablita unas letras grandes las cuales leyó Rodrigo: "Yo soy la Virgen de la Caridad", y siendo sus vestiduras de ropaje, se admiraron que no estaban mojadas. Llenos de alegría, cogieron sólo tres tercios de sal y se vinieron para el Hato de Barajagua..."

El administrador del término Real de Minas de Cobre, Don Francisco Sánchez de Moya, ordenó levantar una ermita para colocar la imagen y estableció a Rodrigo de Hoyos como capellán. Una noche Rodrigo fue a visitar a la Virgen y notó que no estaba allí. Se organizó una búsqueda sin éxito. A la mañana siguiente, y para la sorpresa de todos, la Virgen estaba de nuevo en su altar, sin que se pudiera explicar, ya que la puerta de la ermita había permanecido cerrada toda la noche. El hecho se repitió dos o tres veces más hasta que los de Barajagua pensaron que la Virgen quería cambiar de lugar. Así se trasladó en procesión, con gran pena para ellos, al Templo Parroquial del Cobre. La Virgen fue recibida con gran alegría en su nueva casa, donde la situaron sobre el altar mayor. Así llegó a conocerse como la Virgen de la Caridad del Cobre. 
 

Adaptado del texto del sitio: http://www.corazones.org

Monseñor Di Falco reconoce las Apariciones de N. S. de Laus

   
 El 4 de mayo, 2008, durante una celebración eucarística solemne en la que participaron el episcopado francés y una multitud de fieles, el obispo de Gap aprobó y proclamó oficialmente como auténticas las apariciones de Nuestra Señora de Laus.

Sobre las apariciones de N. S. de Laus, aunque de manera fragmentaria, poseemos mucha información proveniente esencialmente de los archivos del santuario donde se conservan los manuscritos de cuatro testigos principales de las mariofanías que duraron de 1664 à 1718, año de la muerte de Benita. Cincuenta años que condujeron a la vidente a consagrarse por completo a solicitud de Nuestra Señora a construir un santuario "en honor de mi Hijo adorado" y a la difícil tarea de "acoger" a los numerosos peregrinos que acudían cada vez más a Laus, a quienes les enseñaba la vía de la reconciliación, de la oración y del Evangelio: un servicio evangelizador del que muchos se burlaron o impidieron, pero verdadero y rico en frutos.

Una primera encuesta eclesiástica sobre los hechos de Laus fue hecha del 14 al 18 de septiembre de 1665 que terminó por una "señal": la curación inexplicable y súbita de una enferma. A través del tiempo, un largo cortejo de obispos había reconocido el carácter sobrenatural de las mariofanías de Laus; pero ninguno las había aprobado oficialmente, tarea que ha realizado el obispo diocesano actual. Es la primera mariofanía a ser reconocida en Francia, después de la de Nuestra Señora de Lourdes en 1858. 
 

Salvatore M. Perrella, profesor de dogmática y mariología
Facultad pontifical de teología « Marianum », Roma.

 
 



Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.

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