En la festividad de la pureza de María, el 16 de octubre de 1978 Karol Wojtyla gracias a una decisión de último momento debido a que los cardenales no podían ponerse de acuerdo entre los dos candidatos escogidos originalmente, es elegido Papa. El escoge para si el nombre de Juan Pablo II. Ese día se empezó a escribir historia para los católicos y no católicos del mundo.
En esa oportunidad los obispos polacos le enviaron un poema que podríamos llamar profético escrito en la primera mitad del siglo XIX por Julius Slowacki (1809-1849):
En medio de las discordias, Dios hace sobrevolar un hermoso abejorro,
Es un Papa eslavo, el que abre el acceso al Trono de los tronos,
El no retrocederá ante la espada como el italiano,
Resuelto, como Dios, afrontará la espada!
Es el mundo que es polvo.
La multitud se inflamará y le seguirá hacia la Luz que Dios habita.
El le lavará las llagas de su miseria.
Limpiará los santuarios de las iglesias y barrerá los umbrales.
Dará a conocer a Dios con la claridad del día.
¡Se necesita fuerza para traer a Dios de nuevo al mundo!
He aquí el Papa eslavo, el hermano de los pueblos.
Interesante observar como el pontificado de Juan Pablo II respondió de una forma o de otra a este poema... El papá viajero veneró a María, yo diría que la amó como pocos y además, con su espada en forma de verbo acabó con el comunismo de esa época.
En esa oportunidad los obispos polacos le enviaron un poema que podríamos llamar profético escrito en la primera mitad del siglo XIX por Julius Slowacki (1809-1849):
En medio de las discordias, Dios hace sobrevolar un hermoso abejorro,
Es un Papa eslavo, el que abre el acceso al Trono de los tronos,
El no retrocederá ante la espada como el italiano,
Resuelto, como Dios, afrontará la espada!
Es el mundo que es polvo.
La multitud se inflamará y le seguirá hacia la Luz que Dios habita.
El le lavará las llagas de su miseria.
Limpiará los santuarios de las iglesias y barrerá los umbrales.
Dará a conocer a Dios con la claridad del día.
¡Se necesita fuerza para traer a Dios de nuevo al mundo!
He aquí el Papa eslavo, el hermano de los pueblos.
Interesante observar como el pontificado de Juan Pablo II respondió de una forma o de otra a este poema... El papá viajero veneró a María, yo diría que la amó como pocos y además, con su espada en forma de verbo acabó con el comunismo de esa época.
Hoy en el día de la festividad de María recordemos a Juan Pablo II y sus mensajes, entre ellos : "No se puede admitir una coexistencia pacífica con el comunismo".
Con afecto
susana colucci
Namaste
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