Yo sé que lo maravilloso tiene sus excesos. Por creer en todo llega la noche de la desilusión en la que ya uno no cree en nada. Los incrédulos se reclutan entre los antiguos incrédulos, raramente entre los antiguos creyentes.
Conozco también la infinitud de Dios y te conozco Señor. Basta ver cómo has hecho la libélula de los estanques, el bosque de arces en otoño e incluso el resplandor de la luna de noviembre sobre el asfalto. Te empeñas, eres un perfeccionista, incansablemente retocas el universo. Tú que pusiste tanto de Ti para inventar un simple puerro, cómo debiste investirte para crear a la Madre de Tu Hijo. Ella debe ser una maravilla.
Así como la planta hace plantas, el perro hace perros, el hombre hace hombres, lo Maravilloso hace Maravillas. Lo contrario sería inaudito.
Didier Decoin - La Santa Virgen tiene los ojos azules
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