El Rosario en la Porciúncula de Francisco de Asís


San Francisco, “el hombre enamorado de Cristo”, vive según los principios del Evangelio imitando a Jesús, el hijo de María.

Recomienda a sus hermanos guardar la iglesia de Santa María de los Ángeles llamada también “la Porciúncula”, como casa-madre de la Orden.

Todos los días, cada uno de los religiosos siente la urgencia de rezar el Rosario.

San Francisco oraba a María invocándola como la protectora de la orden franciscana:





¡Salve, María, señora santa, Reina, santa Madre de Dios,
Tú eres la virgen hecha Iglesia, elegida por el santísimo Padre del cielo,
consagrada por Él como un templo
con su Hijo amado y el Espíritu Santo Paracleto,
Tú en quien fue y vive toda la plenitud de la gracia
y El que es todo el bien.
¡Salve, Palacio de Dios!
¡Salve, Tabernáculo de Dios!
¡Salve, Casa de Dios!
¡Salve, Vestidura de Dios!
¡Salve, Esclava de Dios!
¡Salve, Sierva de Dios!

¡Salve, Madre de Dios!

tomado de "Un minuto con María"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amen,por siempre tù....