Según relata el dominico Alano de la Rupe en su libro De Dignitate Psalterii , el primero que habló de rezar el Rosario a María, fue Domingo de Guzmán, quien fue un sacerdote español que se dio a la tarea de convertir a la fe cristiana a los albingenses en el sur de Francia.
La labor le resultó difícil y cuando solo pudo convertir a unas pocas mujeres con las cuales inició una orden religiosa,cuenta Alano de la Rupe que Domingo en sus rezos le solicitó a la Virgen que lo ayudara, un día Ella se le presentó y le entregó un salterio angélico (rosario) y luego de enseñarle el rezo le pidió que lo predicara por todo el mundo. Esto ocurrió en 1214.
Mediante la enseñanza y el rezo del Rosario la labor de Domingo de Guzman empezó a dar frutos, fundando la orden de los Dominicos que logró propagar la enseñanza a varios países.
La devoción por el Rosario predicada por los dominicos se prolongó por casi dos siglos. Cuando empezó a decaer el dominico Alano de la Rupe empezó su reivindicación diciendo que la Virgen le hizo la solicitud y le reiteró lo dicho a Domingo acerca del Rosario. Fue también un dominico quien estableció los misterios (meditaciones sobre la vida de Jesús y su mamá) en gozosos, dolorosos y gloriosos: Santiago Sprenger (Colonia, Alemania). El 16 de octubre del 2002 Juan Pablo II en la carta apostólica Rosarium Virginis Mariae incluyó los misterios Luminosos
Curiosamente (ver María de las Mercedes Una advocación que asombra.... ) también esta advocación fue asociada a hechos violentos, llamada Vencedora de batallas y utilizada para justificar victorias de los cristianos. Se celebra el 7 de octubre que coincide con la fecha conmemorativa de la victoria de la batalla de Lepanto a los turcos. Curiosidad que se puede adjudicar al hecho que esas advocaciones, nacieron en tiempos de de guerras, de hambre y de divisiones.
Orar es una forma de meditación, rezar el Rosario puede ser el camino para entender el mensaje de Jesús y aplicarlo a nuestra vida.
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