¡Y aquí aparece de nuevo!

El hecho siguiente fue contado por el Padre Sineux, durante un retiro
espiritual el 29 de julio de 1964: "un pastor protestante de Escocia tenía
en su parroquia algunas familias irlandesas, por consiguiente, católicos
fervientes. Él se sentía incómodo, pues siendo a su vez un ferviente
protestante, trataba por todos los medios de combatir algunas de las
creencias de aquellas familias, para lo cual se dirigía especialmente a los
niños.

Un día encontró en su camino a una niñita irlandesa de unos ocho años, le
habla primero amablemente y luego le pide que rece algunas oraciones,
prometiéndole algunas monedas, si lo hace bien. La niña reza inmediatamente
el Padre Nuestro y el Pastor la felicita. ¿Pero sabes seguramente otras? La
niña comienza: "Dios te salve María, llena eres de gracia?" El pastor la
interrumpe. "Esa no es una oración, no podemos rezarle a una mujer, sino
solamente a Dios."

La niña, un poco incómoda, comienza entonces el Credo y el pastor la anima a
continuar. Cuando llega a "nació de la Virgen María", la niña perturbada
suspira: "Aquí aparece de nuevo". ¿Qué puedo hacer? El pastor confesará más
tarde que se había sentido sofocado por la reflexión de la pequeña
irlandesa. Le dio las monedas prometidas, la despidió y entró a su casa muy
sacudido.

Hela aquí de nuevo, esa Virgen María, en su Credo que había recitado tantas
veces sin percatarse de su presencia. ¡Hela aquí en el centro de nuestra fe
cristiana! Y ese sería el comienzo de largas reflexiones que dieron como
resultado su abjuración, poco tiempo después. Fue él mismo, convertido en
sacerdote católico, quien contó en múltiples ocasiones este hecho
fundamental de su vida.

F.J.E. : Compendio Mariano N° 25, 1991

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